1890, Praga, en medio de la noche Franz (7) es reprendido por su papá, llora porque tiene sed, Hermann enojado lo saca de la cama lo lleva al balcón y lo deja un rato solo en camisa, en su libro “Carta al Padre” narra su sensación de ese momento: “nada es para mí”. La familia ha vivido la pérdida de dos hijos: Henry de seis meses y George de dos años. Esto convierte a Franz, que es el primogénito en el único varón, tiempo después vendrán tres hermanas.
A Kafka le queda una sensación de culpa por no haber muerto y piensa que su padre se hubiera sentido feliz con cualquiera de sus otros hijos menos con él.
Son judíos asquenazi, su papá proviene de una familia de comerciantes muy humilde y logra un ventajoso matrimonio con Julie Löwi hija de un rico fabricante de cerveza, Hermann se adapta rápido a su vida de burgués tratando a sus hijos con humillaciones por tener mejor vida que la que él tuvo en su infancia, siendo autoritario y descalificador, lo que hace que Kafka no se pueda sentir identificado y cómodo a su lado, es un niño triste con una madre pasiva y poco cariñosa, sus fuentes de amor son inexistentes.
El joven Kafka aspiraba a ser escritor, pero por la presión familiar se doctoró en Derecho. Buscó un trabajo de medio tiempo para darse espacio a lograr su objetivo.
La literatura de Kafka presenta la impotencia del ser humano frente a lo externo, que puede ser una transformación monstruosa como en “La Metamorfosis” que muestra como la vida del joven Gregor Samsa, un sencillo viajante de comercio al despertar de un sueño está convertido en un insecto gigante. Expresa en su obra un universo retorcido e inquieto que lo convirtió en el autor mas revelador del siglo pasado al representar la impotencia del ser humano. El dolor transmitido en sus libros algunos lo llamaron absurdo y otros “kafkiano”.
Su mejor amigo Max Brod se encargó de editar y preservar su obra que consta de 350 páginas en las que sintetiza el absurdo, la ironía y la crueldad de la humanidad.
Incapaz para las relaciones personales tuvo cinco tentativas matrimoniales que él mismo frustró.
En 1917 fue diagnosticado con Tuberculosis situación que paradójicamente supuso una libertad de este mundo para el que nunca se creyó preparado. Fue entonces que escribió la carta a su padre, donde le dice todo el daño que siente que le provocó y cuanto limitó su desarrollo haciéndolo sentir nulo e indigno de ser su hijo… en cada día de su vida, generando un gran dolor emocional, Hermann nunca la leyó.
Kafka desarrolló un Trastorno de Personalidad Esquizoide que consiste en desapego en las relaciones sociales, dificultad para formar una familia por el deseo de estar solo, con pocos amigos y frialdad emocional. Representan el 1 % de la población general.
El psicoanalista escocés Ronald Fairbairn a mediados del siglo pasado hizo una excelente descripción de esta enfermedad: explica que tienen miedo al amor pues sienten que les puede lastimar lo que los lleva a aislarse en la fantasía, a veces repleta de contenidos violentos por su fascinante afinidad por temáticas del terror. Sin embargo, suelen ser consideradas personas amables, que ocultan defensivamente su agresividad lo que les suele dar una apariencia de ser excéntricos y frágiles. El tratamiento que necesitan es psicoterapia que les permite resolver sus conflictos infantiles y llevar a cabo una vida en la que se puedan relacionar.
Kafka murió a los 40 años y fue sepultado en la parte judía del Cementerio de Praga.
En sus palabras: “En tu lucha contra el resto del mundo te aconsejo que te pongas del lado del resto del mundo”