Polonia, 1939, ha llegado la invasión nazi, la familia Bauman (judía no practicante) huye a Rusia, Zygmunt (14) inicia su lucha por sobrevivir como hombre perseguido del siglo XX.
En la contienda se enroló con el ejercito polaco y el partido comunista cumpliendo funciones de instructor político. Exitoso militar a los 20 años fue premiado y logró ingresar a la Universidad de Varsovia estudiando Sociología y Filosofía, ascendió a mayor en 1953, evento que coincide con que su padre trata de emigrar a Israel y Bauman (28) es dado de baja con deshonor.
Permanece como profesor en la Universidad de Varsovia hasta que es expulsado por ser judío en 1968 (43) emigra a Londres donde estudia en la “London School of Economics” y desarrolla su teoría conceptual : “ La Modernidad Líquida” : un mundo líquido donde las estructuras institucionales se han vuelto fugaces y transitorias cambiando de forma, la realidad líquida es muy difícil de predecir, no tiene estructura y esto abarca la sociedad y las formas de relacionarse.
En el amor líquido hay tanto miedo al compromiso que el sujeto está con un pie fuera. Las redes sociales actuales (Tinder, Facebook) por un lado propugnan el amor, pero el que venden es fugaz, al depender de una red cibernética puede conectar a la misma velocidad que desconectar sin dejar rastro, lo cual se une al miedo al compromiso del ser humano moderno. El amor se ha llevado al terreno de la economía: costo riesgo beneficio, que exista un seguro contra el dolor del abandono y a la primera señal de desgaste: se corta la conexión. Bauman explica ” la cuestión de la identidad ha sido transformada: tú tienes que crear tu propia comunidad, pero no se crea una comunidad, la tienes o no; lo que las redes sociales pueden crear es un sustituto. Puedes añadir amigos y puedes borrarlos, controlas a la gente con la que te relacionas. Pese a esto sirve para palear la soledad que es la gran amenaza en estos tiempos de individualización. Estas relaciones no requieren habilidades sociales, las cuales desarrollas cuando estás en la calle, o vas a tu centro de trabajo y te encuentras con gente con la que tienes una interacción razonable. Ahí tienes que enfrentarte a las dificultades, involucrarte en un diálogo real que implica hablar con personas que no piensan lo mismo que tú”.
Desde mi punto de vista el psicoanálisis apoya a Bauman pues las relaciones de pareja están basadas en la confianza, la cercanía y la complicidad para construir con paciencia un vínculo que le dé al otro un escenario en donde pueda ser él mismo y saber que será aceptado y tolerado, estos estilos nuevos son una trampa que tendrá que tomar otras vertientes mezclando los anteriores con una disminución del individualismo y enfocados en la consideración y la empatía en la que se han cimentado las relaciones de los seres humanos a lo largo de la historia de la humanidad.
Bauman murió en Inglaterra el 9 de enero de 2017, pasó sus últimos años como profesor emérito de la Universidad de Leeds, que desde 1972 abrió sus puertas a su genialidad.
En sus palabras: “ Con nuestro culto a la satisfacción inmediata, muchos de nosotros hemos perdido la capacidad de esperar”